Cuando Xirou cumplió treinta años le pidió a Laura que hicierafotografías, imágenes queguardaran ese tiempo. Durante un año, lo que tardó Laura en cumplir la misma edad, sejuntaron para hablar, hacer fotos, pensar en alto, discutir y jugar.Xirou Xiao y Laura C.Vela crearon un pequeño universo que se fue llenando de fotografías,dibujos, letras,documentos intervenidos y fragmentos de la vida. Así nació treinta,como fruto de eseintercambio en el que ambas exploraron y confrontaron sus dudas sobreel crecimiento, la familia, la representación y el cuerpo. Las páginas de treinta componen una caja del tesoro, como reflejos y testimoniosde su relación, sus miedos cotidianos y sus hallazgos, desde laalegría de encontrar el aguacate perfecto, el poema más intenso o laluz más bonita hasta la sensación de ser observada a través de unacámara, las decepciones y la incapacidad de responder, sin dudas, a la pregunta de quién eres.