Una investigación necesaria sobre la vida de los sintecho en Madridque ahonda en los límites de la dignidad humana.No lejos del Palacio Real de Madrid se levanta el centro de acogidamás antiguo y grande de España. Turistas y vecinos conviven allí conel colectivo más vulnerable, caótico y olvidado de nuestra sociedad:el de las personas sin hogar. Aquellos a los que no les queda nadasalvo un último propósito de supervivencia. Su número sigue creciendo, silenciosamente, en el seno de nuestras ciudades.Bustos nunca pensó escribir un libro como este. Pero al poco demudarse sin saberlo al barrio de los sintecho intuyó en ellos unmensaje de dignidad herida que nos interpela a todos, más allá de laempatía momentánea o de la agenda política. Estas páginasdesgarradoras son el fruto de un año de investigación periodísticasobre el fenómeno del sinhogarismo. Pero conforman también una obraprofundamente literaria, deudora de la corriente de sensibilidad que,de Solana a Baroja, señaló las llagas de la España negra con miradapiadosa y sin ápice de condescendencia o sentimentalismo. Unaescritura poderosa que restituye lo segundo que pierde quien pierde su casa: el lenguaje.«He aquí un relato sin ficción que hace, con un coraje y una limpiezaadmirables, lo que solo la literatura de verdad puede hacer: volvervisible lo invisible, enfrentándonos a una realidad la de la pobreza y la exclusión radicales que no queremos ver. Un libro magnífico.»Javier Cercas«Bustos está destinado a ser el Lionel Trilling de la culturaespañola. Tiene argumentos de sobra para ello: cultura amplia yasentada, curiosidad, estilo, picardía, sagacidad, intuición,ironía...» Gregorio Luri«No hay duda de que la lectura de ciertos prosistas de la mejortradición hispánica ha ido conformando su estilo, exigente y dúctil.Si a esto sumamos su sólida propuesta intelectual de raízcentroeuropea, nos encontramos ante una feliz rareza española.»Alberto Gordo (El Cultural)«Es dueño de una amplia cultura y no pocas inquietudes filosóficas,además, casi huelga decirlo, de una prosa brillante.» Manuel AriasMaldonado