Tienen conciencia los animales? Cómo se comunica un animal con otro? Cómo hacen cálculos matemáticos? Cómo encuentran el camino de vuelta a casa? Es casi imposible imaginar que estas habilidades existan en otros animales que no sean los seres humanos pero, como Budiansky revela en este fascinante libro, cada animal piensa a su manera y resuelve los problemas que le van surgiendo en su trayectoria vital de forma completamente distinta a como los resolvemos nosotros. Para llegar a entender y apreciar realmente la inteligencia animal debemos dejar de proyectar nuestras propias emociones en los animales.
Caballos, ovejas, delfines, perros, aves y abejas pueden realizar hazañas cognitivas de memoria y acción que obviamente están más allá de nuestras capacidades. Budiansky nos muestra las razones evolutivas que explican los límites de nuestra inteligencia e imaginación. A lo largo del libro, revisa de forma concisa los diferentes estudios que se han realizado sobre aspectos tan diversos de la mente animal como son el uso y construcción de herramientas, la capacidad de contar, la comunicación verbal y corporal, y la evolución de la conciencia de uno mismo y de los demás. Su argumento principal es que en lugar de intentar enseñar a los simios el lenguaje de signos o a las palomas a contar, deberíamos estudiar las habilidades propias de los animales (la capacidad de los caballos para utilizar mapas mentales de sus territorios, o la de las ovejas de reconocer los rostros individuales de sus congéneres).
Las conclusiones del autor se resumen en los siguiente párrafos: existe una gran continuidad en la inteligencia de todas las especies de vertebrados; la discontinuidad tiene lugar entre animales humanos y no humanos y es el resultado de la aparición del lenguaje. El lenguaje constituye una forma de comunicación diferente a todas las otras: permite a las personas tener pensamientos sobre pensamientos. Por tanto, hoy día el principal reto que se les plantea a los estudiosos del comportamiento animal es diseñar experimentos que puedan servir para distinguir entre razonar sobre estados mentales y razonar sobre conductas observables. Hasta la fecha, ningún experimento ha sido capaz de demostrar que un animal no humano puede comprender "estados superiores de intencionalidad".sos del comportamiento animal es diseñar experimentos que puedan servir para distinguir entre razonar sobre estados mentales y razonar sobre conductas observables. Hasta la fecha, ningún experimento ha sido capaz de demostrar que un animal no humano puede comprender "estados superiores de intencionalidad".