Para comprender como se desarrollan los niños, Bronfenbrenner cree que es necesario observar su conducta en entornos naturales, mientras interactúan con adultos que les son familiares, durante un tiempo prolongado. Su libro ofrece un esquema importante para construir una psicología del desarrollo no sólo renovadora, sino también ecológicamente válida. La intención de la obra es ofrecer una nueva perspectiva teórica para la investigación en el desarrollo humano, pero no lo hace de una manera oscura o complicada, sino a través de un lenguaje y un estilo accesibles a cualquier tipo de lector. En este sentido, se trata de una síntesis única, una perspectiva acerca del desarrollo humano que ofrece las más estimulantes posibilidades. Es un libro útil y práctico que transmite con maestría el misterio y la emoción de la investigación científica. Y, por si fuera poco, también posee una vertiente práctica: la posibilidad de llevar a cabo una política más razonable acerca de la institución familiar. De esta manera, la ecología del desarrollo humano señala la dirección correcta para orientar la investigación y, a la vez, para orientar la acción social.