A lo largo de su carrera, la mayoría de los profesores universitarios no reciben formación pedagógica ni seguimiento alguno sobre sus prácticas docentes. Es una cuestión que no se plantea, dándose por sentada su habilidad para guiar a los estudiantes y promover el aprendizaje, pero esto a veces no es tan sencillo. Como cualquier otra profesión, se puede aprender a ser un buen profesor. Las investigaciones recientes sobre la atención, la consolidación de la memoria y la motivación, han identificado métodos de enseñanza que maximizan la comprensión y el aprendizaje entre los estudiantes. Estos métodos destacan, entre otras cosas, el aprendizaje activo, que se caracteriza por la participación decidida de los estudiantes en el proceso de adquisición de conocimientos. Este libro describe de manera práctica los métodos pedagógicos que funcionan y cómo se pueden adaptar a grupos grandes (clases magistrales) y pequeños (clases de prácticas). Contiene numerosos consejos útiles y concretos. También cubre otros temas importantes, como los exámenes, qué hacer cuando los estudiantes molestan en clase, la motivación del alumnado y la gestión del tiempo. Está dirigido especialmente a profesores universitarios de cualquier disciplina, si bien todo docente encontrará en él consejos útiles y, tras la lectura de esta obra, habrán adquirido algunas habilidades que les permitirán obtener mayor satisfacción en su desempeño como profesores.