La llegada de la Segunda República supuso una apuesta firme por los derechos, la justicia social y la libertad. Existía un compromiso esencial para la educación y la sanidad. En el marco de la Constitución de 1931, el derecho al voto de las mujeres se alcanzó plenamente. La coeducación comenzó su difícil implantación y su lucha iba mucho más allá de una simple aceptación de la educación mixta. La Institución Libre de Enseñanza, con sus principios pedagógicos y liberadores, acercó la educación a todos los lugares: facilitaba la asistencia a las clases, introducía nuevos currículums, se organizaban colonias, museos pedagógicos, debates reformistas educativos... Este libro quiere ser un pequeño testimonio del trabajo desempeñado por las maestras republicanas, mujeres comprometidas con la nueva sociedad, que sufrieron persecución, exilio y hasta muerte bajo la dictadura, precisamente por su compromiso con la libertad y la justicia. Maria Cristina Ferrer González y Maria Pons Adrover son maestras, investigadoras, feministas, de izquierdas y sindicalistas, pero sobre todo, alumnas de la vida.