Una nueva gobernanza de la educación requiere organizaciones escolares más flexibles, capaces de adaptarse a contextos sociales complejos. Una mayor autonomía con responsabilidad por los resultados y unos equipos directivos con capacidad de liderazgo pedagógico, se inscriben en un proceso más amplio de reconfiguración de los modos de regulación de las políticas educativas. Un primer capítulo presenta el marco general de la temática del libro. Dividido en dos partes, a través de los capítulos que lo conforman, en la primera se hace una revisión de las políticas de mejora de la escuela que han dominado en las últimas décadas, así como de las lecciones aprendidas. La segunda parte se dedica al liderazgo educativo como un dispositivo para potenciar la mejora y dinamizar las instituciones educativas, cuando ya no bastan las regulaciones verticales y centralizadas. De máxima actualidad en España, donde las nuevas orientaciones sobre la dirección pedagógica de los centros están empezando a tener su reflejo en la legislación y en la política educativa, el libro ofrece un análisis crítico y orientaciones para configurar la autonomía escolar, con un liderazgo que la articule, en una comunidad profesional de aprendizaje.