El libro del Dr. Ignacio Bolaños Cartujo habla de mediación. Una mediación entendida como un espacio transicional de diálogo cooperativo en el que, al menos, dos partes implicadas en una determinada situación conflictiva y, al menos, una tercera parte inicialmente no implicada en ella (la persona mediadora), abordan de manera constructiva los diferentes temas que los protagonistas del conflicto desean tratar. El objetivo de las conversaciones que se producen en el contexto de la mediación no está predeterminado, al decir del autor, por la persona mediadora, sino que se acuerda entre todos los participantes en los momentos preliminares del proceso, por ello, la función de aquella es acompañar a las personas implicadas en una parte de la evolución de su proceso conflictivo (transición), durante el tiempo necesario para que ellos retomen su capacidad de decisión sobre las cuestiones que motivaron el inicio de la mediación. El Dr. Bolaños deja traslucir a lo largo de su obra un modelo de mediación en el que el éxito del proceso no radica en acordar o en comprometerse, sino en la decisión de las partes, clara y con conocimiento de causa, de si quieren o no hacerlo. Así, afirma que el hecho de participar en este espacio conlleva inevitablemente una nueva dimensión en el ciclo evolutivo del conflicto, constituyendo un paso diferente que tendrá una segura incidencia en el desarrollo de los momentos posteriores del mismo. El texto habla también de familias cuyos miembros sufren los efectos de una ruptura de pareja conflictiva y cuyas vidas se han visto implicadas en un procedimiento judicial de carácter contencioso. Habla de niños y adultos, de padres y de hijos que traspasan sus relaciones y sus afectos al juzgado y que, en una inevitable pérdida de identidad colectiva, entran en un proceso de alienación familiar, entendido como el resultado de la interacción entre el conflicto personal y la disputa legal. En medio de esta judicialización de las relaciones familiares y de los potentes conflictos de lealtades a que se ven sometidos, algunos niños optan por desarrollar una actitud de rechazo hacia uno de sus progenitores. Los recursos que la sociedad propone para paliar estas circunstancias a veces no contribuyen más que a incrementar sus síntomas, tal vez porque las medidas se adoptan sin contar con la implicación de los propios protagonistas. El autor contempla la aplicación de una mediación transicional en casos de ruptura conflictiva, describiendo a través de conceptos teóricos y de numerosos ejemplos un modelo, un método y unas técnicas que facilitan la intervención con estas familias desde diferentes contextos.Por todo lo anterior, estamos ante la esperada obra de un profesional que, desde su amplia experiencia con familias, ha sabido construir un magnífico cuerpo doctrinal, fruto también de un amplio estudio y reflexión. Se trata, en fin, de uno de esos trabajos que reflejan de modo veraz el compromiso personal de su autor con su labor cotidiana y con los destinatarios de la misma. Es, al fin, un libro imprescindible, escrito desde el profundo conocimiento, la sinceridad y la valentía, que seguro servirá de gran ayuda tanto a los profesionales que trabajan con familias desde distintos abordajes, como a aquellos que quieran ser protagonistas del desarrollo y desenlace de sus historias.