La Revolución Científica del siglo XVII ha ocupado un lugar central en la historiografía de la ciencia de este siglo. Mitificada en diversos sentidos hasta el siglo XIX, fue negada por parte de P. Duhem, que retrotrae sus principales méritos a la Edad Media cristiana, y afirmada y teorizada por la moderna historiografía de la ciencia que nace con A. Koyré. Esa historiografía rupturista que exige la contextualización de la ciencia en la cultura del momento se desarrolló considerablemente hasta la década de los sesenta, en la que toma conciencia de su importancia teórica tanto en el trabajo de historiador como sobre todo en la filosofía de la ciencia de T. S. Kuhn. El modelo historiográfico desarrollado de Koyré a Kuhn se gestó en buena parte al hilo de las grandes polémicas sobre "continuidad" y "ruptura" por una parte, e "internalismo" y "externalismo" por otra parte. En ambos casos la Revolución científica del siglo XVII ha sido objeto central de reflexión, y el lugar y el papel del Renacimiento en esta Revolución ha sido tema de amplias discusiones que, en definitiva, tienen que ver con la naturaleza de la ciencia. Pero en las últimas décadas el modelo historiográfico desarrollado de Koyré a Kuhn ha sido desafiado por los sociólogos de la ciencia que han reestructurado el debate internalismo-externalismo. Esos desarrollos constituyen el objeto de estudio de este trabajo. Antonio Beltrán Marí enseña Historia de la Ciencia en la Universidad de Barcelona. Se ha ocupado de problemas de filosofía de la ciencia, publicando artículos sobre Popper y Kuhn especialmente. Pero su trabajo se centra sobre todo en la historia de la ciencia y en especial en la Revolución Científica del siglo XVII. Es autor del libro Galileo. El autor y su obra (Barcanova, 1983) y ha preparado la edición de obras de Fontenelle, Buffon y Galileo.