Ha sido precisamente Bellosi el primero que se ha dedicado a reconsiderar el vínculo crucial de Giotto con Asís. La observación de la anomalía que suponían una serie de reproducciones de San Francisco sin barba, ha llevado a replantear las fechas de esas reproducciones. A esa observación hay que añadir otras basadas, por supuesto, en las comparaciones de estilos, pero también en las modas y en las costumbres: de acuerdo con Bellosi, todas las pruebas coinciden en fijar la fecha de elaboración de esos frescos a comienzos de los años noventa del siglo XIII. Es una conclusión revulsiva que obliga a plantear desde otro punto de vista el tema de la renovación de la pintura italiana y el papel que Pietro Cavallini juega en esa renovaclión, una aportación que modifica los términos del debate sobre si fue o no Giotto el autor de los frescos asisianos. un tema casi tan célebre como la cuestión homérica, que Bellosi, tras una comparación sistemática de esos frescos con los de la Capilla de los Scrovegni y otras obras de Giotto, resuelve confirmando la autoría del gran pintor florentino.