Las mariposas no pesan casi nada. Son leves. Son apenas como el pestañeo de la luz del sol, como si al sol le picaran los ojos y parpadeara rojo o amarillo. Como las hay de tantos colores, se podría pensar también que son estornudos del arco iris... o pedacitos que se le desprenden cuando el arco no queda completo. Hace mucho tiempo, las mariposas no existían.