La responsabilidad social está generando uno de los debates más acuciantes en el panorama actual de la reflexión en torno a la empresa. Sin duda porque, a la par que una moda, está revelando la necesidad de asumir un nuevo modelo de gestión empresarial que tiene varias y variadas implicaciones. Atender a todas ellas es materialmente imposible en los límites de un libro como éste. Es por ello que, ante la necesidad de hacer acotaciones y delimitar el ámbito sobre el que se pretender reflexionar, se centra, de manera específica, en una de las dimensiones de la responsabilidad social: la dimensión ética. Esta dimensión es además a la que, curiosamente, menos atención y reflexión se le ha dedicado. Decimos curiosamente porque la responsabilidad social nace al amparo de la ética de empresa (Bussines ethics) y en una cierta confusión inicial con la misma. Sin embargo, quizá por la necesidad de diferenciar ambos componentes, ambas líneas de reflexión se han alejado hasta el punto de que la dimensión propiamente ética no está siendo analizada ni en profundidad ni, sobre todo, adecuadamente.