El tema de la muerte forma parte, con mayor o menor intensidad, del entramado psicológico de todas las culturas. Los autores de la Baja Edad Media le dedicaron un amplio espacio en sus escritos y lo presentaron no como una pérdida de la consciencia psíquica, sino como antesala de la vida plena. Desde este punto de vista, morir era algo más que la consecuencia lógica de un proceso natural; algo que habría que asumir y aceptar no con resignación, sino con la esperanza de alcanzar la felicidad y plenitud que toda conciencia psíquica lleva dentro. La «Epistola consolatoria de monte amici», escrita a partir de 1260 por el dominico Vicente de Beauvais, es el ejemplo medieval más acabado sobre estas consideraciones. Un modelo que retoma la mejor tradición consolatoria para aquietar el corazón de Luis IX de Francia, atribulado por la muerte de su heredero y primogénito. La obra, que se presenta por primera vez en formato bilingüe latín-castellano, es prácticamente desconocida, y a ella cabe el honor de abrir la serie ""Scriptorum mediaevalium et renascentium"", publicada conjuntamente por la UNED y la BAC.