Marta subió a jugar al desván y encontró un baúl
que su tío Walter había enviado desde Italia mucho
antes de que ella naciera.
Marta se moría de ganas de abrir aquel misterioso
baúl.
La curiosidad lleva a los niños a aprender del
mundo que les rodea, a relacionarse con los
demás, a crecer y a desarrollar su personalidad;
pero, su falta de experiencia, también puede
hacer que se metan en problemas. Un álbum con
escenas divertidas, comentarios sabios y una
buena dosis de suspense.