La Compañía de Jesús, fundada por Ignacio y otros nueve compañeros en 1540, ha desempeñado un importantísimo papel en la vida de los individuos, comunidades y culturas, y hoy sigue ejerciendo una enorme influencia. Pero ¿cuál es la fuente de su vitalidad? ¿Por qué sigue suscitando tan inquebrantables lealtades y tan feroz oposición? Creemos que la fuente de su vitalidad y, a la vez, la causa de la controversia en que se ve constantemente envuelta no es otra que su espiritualidad. Ignacio era consciente de los riesgos de su espiritualidad y la de sus primeros compañeros, pero estaba persuadido de que Dios quería la existencia de aquella concreta Compañía, precisamente con aquella espiritualidad, y trató de hacer lo que a él le correspondía redactando las Constituciones, escribiendo miles de cartas y enviando al P. Jerónimo Nadal a recorrer toda Europa para explicar a los jesuitas ""nuestro modo de proceder"", palabras que, de hecho, se han convertido en la forma que tienen los jesuitas de referirse a su espiritualidad. WILLIAM G. BARRY, SJ, ingresó en la Compañía de Jesús en 1950 y se ordenó de sacerdote en 1962. Doctor en Psicología Clínica por la Universidad de Michigan, es autor de numerosos textos sobre oración y sobre espiritualidad ignaciana. ROBERT G. DOHERTY, SJ, jesuita desde 1948 y sacerdote desde 1960, es Doctor en Ciencias Bíblicas por la Universidad Gregoriana y profesor de Nuevo Testamento en el Seminario Nacional Juan XXIII. Ambos autores residen en el Centro Edmund Campion y dirigen juntos el curso de Tercera Probación, última etapa de la formación de los jesuitas.