La vocación artística más profunda de Max Aub (París, 1902-México D. E, 1972) fue, sin duda, la vocación escénica. Vinculado a las vanguardias teatrales de los años veinte y treinta, antes de la guerra civil publicó obras dramáticas como Narciso (1928), Teatro incompleto (1931) o Espejo de avaricia (1935) y, ya en sus vísperas, Proyecto de estructura para un Teatro Nacional y Escuela Nacional de Baile. Dirigido a su Excelencia el Presidente de la República, don Manuel Azaña y Díaz, escritor (1936). Antifascista leal al gobierno republicano, durante los años de la guerra civil escribió ocho obras en un acto que reunió con el título de Teatro de circunstancias. En julio de 1937, cuando residía en París como agregado cultural de la Embajada española, fue nombrado secretario del Consejo Central del Teatro y por tal motivo tuvo que trasladarse en 1938 a Barcelona, por entonces capital de la República. Exiliado en París desde febrero de 1939, padeció durante tres años la experiencia de los campos de concentración franceses y argelinos, aunque en octubre de 1942 inició su exilio en México. Entregado compulsivamente durante aquellos años cuarenta a la escritura de una torrencial literatura dramática y esperanzado con el posible renacer de su vocación escénica -que la dedicatoria de su tragedia San Juan expresaba en 1943 con claridad-, la imposibilidad de estrenar sus obras fue sumiendo al dramaturgo en una frustración amarga que reflejó con airada resignación en sus Diarios. Interesado por las complejas relaciones entre Teatro, Historia y Política, y aunque no dejó de escribir literatura dramática hasta su muerte -El cerco (1968) o Retrato de un general (1969) lo demuestran-, durante los años cuarenta y ya en su exilio mexicano escribió, además de Deseada (1948), nada menos que seis obras de su Teatro mayor (San Juan, 1943; La vida conyugal 1943; Morir por cerrar los ojos, 1944; El rapto de Europa o Siempre se puede hacer algo, 1946; Cara y cruz, 1948; y No, 1949) y veintitrés obras en un acto, desde el monólogo De algún tiempo a esta parte (1939) al Discurso de la Plaza de la Concordia (1950). La primera edición de San Juan apareció en México en 1943, aunque el estreno mundial de esta tragedia no tuvo lugar hasta la noche del 25 de febrero de 1998 en el Teatro Principal de Valencia. Las representaciones de San Juan en Valencia, Madrid y Lisboa, un éxito de crítica y público en la España democrática de 1998, vinieron a demostrar la actualidad y vigencia de esta excelente tragedia maxaubiana. Manuel Aznar Soler (Valencia, 1951), catedrático de Literatura Española Contemporánea de la Universitat Autónoma de Barcelona y director del Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL), ha publicado ediciones de obras de Max Aub como La gallina ciega (1995), Diarios, 1939-1972 (1998) y Nuevos diarios inéditos, 1939-1972 (2003) y es autor también de libros como Max Aub y la vanguardia teatral. Escritos sobre teatro, 1928-1938 (1993) y Los laberintos del exilio. Diecisiete estudios sobre la obra literaria de Max Aub (2003).