El presente libro desarrolla los nuevos enfoques éticos que se proponen desde el movimiento ciudadano por una Nueva Cultura del Agua, que fue capaz de movilizar a más de un millón de ciudadanos en España contra el Plan Hidrológico Nacional del anterior gobierno y que recientemente ha convergido con los activos movimientos latinoamericanos y prestigiosos sectores de la comunidad científica en el Primer Encuentro por la Nueva Cultura del Agua en América Latina. Durante los últimos quince años han crecido en todo el mundo activos movimientos sociales en torno a los muchos problemas que se vienen suscitando en materia de gestión de aguas. Hoy más de mil cien millones de personas no tienen garantizado el acceso a aguas potables, lo que motiva más de diez mil muertes al día, en su mayoría niños. Por otro lado, el modelo de desarrollo y de gestión de aguas vigente nos ha llevado a quebrar la salud y la sostenibilidad de ríos, lagos, humedales y acuíferos, abriendo perspectivas sombrías para las generaciones futuras. Las estrategias «de oferta» vigentes a lo largo del siglo XX, basadas en la construcción de grandes infraestructuras hidráulicas con una masiva subvención pública, han supuesto no sólo impactos ecológicos, en muchos casos irreversibles, sino también graves impactos sociales en la medida en que han motivado la expulsión de sus hogares de entre cuarenta y ochenta millones de personas por inundación de sus pueblos. Por otro lado, durante este tiempo el modelo neoliberal de globalización vigente viene generando fuertes presiones desde el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio en pro de la mercantilización del agua como recurso y la privatización de los servicios de agua y saneamiento. Todo ello suscita hoy fuertes movimientos sociales, tanto contra el desarrollo de grandes presas y trasvases como contra estos procesos privatizadores, al tiempo que asistimos al desarrollo de nuevos enfoques de racionalidad hidrológica en coherencia con el paradigma de sostenibilidad. Estos movimientos, junto a un amplio y prestigioso sector de la comunidad científica vienen convergiendo, tanto en Europa como en América Latina, en torno al lema y la reivindicación de una Nueva Cultura del Agua que demanda, más allá de profundos cambios políticos, legales e institucionales, un nuevo enfoque cultural basado en principios éticos de equidad y sostenibilidad.