Miguel Ángel Astiz, 59 años, lo ha perdido todo: su trabajo, su familia, sus amigos, la ciudad en la que vivía y hasta su propia estima como ser humano. ¿Qué se puede hacer cuando se ha descendido bruscamente al infierno de la degradación personal?

Ésa es la peripecia que narra Enrique Arias Vega en su relato El Ejecutivo, ganador del Premio de Novela Ategua 2005. A lo largo de él, descubrimos, en una mixtura de ironía, ternura y causticidad, las dos caras de nuestra sociedad competitiva actual: el mundo de la empresa, con sus zancadillas y añagazas, y el de la marginación social, la inmigración y la miseria.

Es una novela que se lee de un tirón, en la que personas reales pespuntean la historia de personajes de ficción y donde se comprueba que nadie es culpable del todo pero tampoco resulta absolutamente inocente.