El libro Mis huellas reúne a retazos el sentimiento, la pasión, el amor, el desamor, los sueños, las lágrimas, las risas, etc. del autor. Pretende, unas veces, adentrarse de forma seria y profunda en ese espacio que llamamos nuestro sentir, nuestro transcurrir por la vida. Así sucede cuando canta: "Nuestras huellas son la vida, la prueba de la existencia". Otras tantas, se deja llevar por la simpleza y el gracejo: "Era un diablillo muy, muy chiquitito". En la línea del autor, todos vamos recorriendo el camino que paso a paso nosotros mismos construimos (¿o cada quien construye?) y, en cuyo avance acertamos, tropezamos, caemos, reímos, lloramos, mas, en ese trajinar continuo nuestras huellas van quedando. Si estas huellas no profundizan en el camino, el viento de los años las ocultará rápidamente y desaparecerán; pero si ahondan con firmeza la ruta, si han sido bien marcadas, perdurarán y posibilitarán que otros "las descubran y se las lleven". El libro condensa una parte de la vida poética o antipoética del autor. No pretende seguir una determinada corriente literaria, simplemente expresa su sentir. En ocasiones logra una cierta forma poética, en otras esa forma se ausenta. Hasta podría decirse que en algunos poemas se muestra irreverente, no obstante, son sus propias vivencias. El autor agradece a quienes lo honren con su lectura y les brinda con amor este reflejo de su propia huella. No ha sido fácil para él dar este paso de la condensación y publicación. Siempre llevamos en nuestro Yo aquel gusanillo llamado "temor", que frena a los escritores, motivo por el cual en muchos casos requieren de un empujón que los obligue a lanzarse al vacío sin pensar que los resultados se traduzcan en un buen aterrizaje o en una catastrófica estrellada. En este caso específico, alguien muy cercano a la vida del autor le imprimió ese impulso. Su propia esposa mirando y leyendo sus escritos le dijo: "Quien permite que de su cerebro fluyan estas vivencias que recorriendo su ser se plasman en un escrito para luego encerrarlas en un cajón a manera de prisión incurre en una gran tontería, sería mejor que no escribiera nada". Este fue el golpe que lo animó y hoy lanza sus huellas al viento.