La inteligencia, como cualquier función pública que presta un servicio al Estado y a la sociedad, necesita ser entendida por el ciudadano. Las políticas de apertura llevadas a cabo por los servicios de inteligencia en las democracias occidentales desde el final de la Guerra fría, pero sobretodo a partir del 11 de Septiembre de 2001, han contribuido a crear conocimiento sobre la misión y funciones de estas organizaciones. En el caso de España, el estudio de la inteligencia en el ámbito académico se ha desarrollado muy rápidamente desde la primera mitad de la década pasada, gracias al proyecto de cultura de inteligencia desarrollado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con la colaboración de las universidades Rey Juan Carlos y Carlos III de Madrid, junto con otras universidades y centros del ámbito nacional. La organización del Segundo Congreso de Inteligencia, cuyas aportaciones recoge este volumen, responde también a una política de internacionalización del proyecto de cultura de inteligencia; un proyecto nacido de la necesidad de fomentar en la sociedad española el conocimiento sobre la naturaleza de la inteligencia y el papel de los servicios de inteligencia en los sistemas democráticos. Esta política de internacionalización viene derivada del hecho de reconocer que el mundo de hoy se caracteriza por un incremento de la complejidad y de la incertidumbre, frente al cual solo caben respuestas globales y multidimensionales.