Esta es una novela policiaca, de las buenas, de las que no puedes dejar de leer porque te atrapan desde el principio; pero también es una gran novela sobre la relaciones humanas, sobre como desaparecen y aparecen, sin solución de continuidad, con poco o ningún esfuerzo. Jaime, sin comerlo ni beberlo, llevado por su sentido de la honradez, acaba matando a dos personas -o quizás no? para que no se lo lleve la corriente de los acontecimientos. Jaime es un tipo gris, un poco ridículo -incluso tiene un hijo que no es suyo?, que se ha conformado con llevar una vida no demasiado mala. Trabaja en una asesoría fiscal, acaba de separarse, pero ya tiene una nueva relación que está condenada al fracaso y acaba mezclado en una historia de lo más criminal. Vivirá el pánico de sentirse perseguido y condenado, descubrirá que tiene más recursos de lo que se imaginaba y acabará, ahora sí, descubriendo a la que parece ser el amor de su vida. El protegido funciona como un reloj, sin fisuras ni altibajos. Detrás de una historia, cien por cien negra, esconde una denuncia social feroz y divertida.