La tan traída y llevada crisis ha puesto al sector bancario en boca de todos, y no precisamente por sus buenas prácticas. Desde el profundo conocimiento del negocio que su experiencia le ha posibilitado, Miguel Ángel González enumera en este libro no solo los errores asociados a los excesos en el sector inmobiliario, sino también los fallos de gestión en los que han incurrido buena parte de nuestras entidades financieras. Pierde la banca pone de manifiesto que sus errores nacen de causas tan variadas y decisivas como una visión cortoplacista, el desenfoque del negocio, el desplazamiento del cliente como centro del mismo, los objetivos desmedidos y los impuestos indiscriminados a las sucursales, con las consecuencias negativas que todo ello conlleva para el usuario. Trata además de la intromisión de los políticos en las cajas de ahorros y su resultado: la ruina total o el riesgo de quiebra a la que las han llevado, o su salida airosa y bien pagada, lo que sin duda justifica la pérdida de imagen del sector. La obra también profundiza en los bancos y cajas que han hecho bien su trabajo y no merecen estar en entredicho. Son entidades que saldrán fortalecidas de la crisis y serán la base sobre las que se asentará el futuro de un sector que, cuando pase la tormenta, recuperará el prestigio que siempre tuvo, reconociéndose la importancia que para el desarrollo de un país tiene un sistema financiero fuerte y sano.