En apenas un quinquenio ambos partidos experimentaron cambios significativos y en cierta forma convulsos en sus formulaciones doctrinarias, y lo más llamativo es que estas variaciones se expresaron en los escritos e intervenciones de los mismos dirigentes políticos. De forma paralela ambos partidos diseñaron trayectorias inversas a lo largo de la transición. El PCE inició el proceso siendo el partido más numeroso, activo e influyente en la lucha contra la dictadura y lo terminó roto en pedazos y con unos resultados electorales catastróficos. Por su parte el PSOE lo inició siendo una fuerza desnaturalizada y marginal en el conjunto de la oposición activa al Régimen y lo concluyó con una abrumadora mayoría absoluta en las elecciones de 1982. En definitiva, ambos partidos intervinieron activamente en un proceso de cambio institucional durante el cual terminaron cambiando ellos mismos.