El valenciano Antonio Llidó (Xàbia, 1936) es el único sacerdote detenido desaparecido de los seis asesinados por la dictadura del general Augusto Pinochet. Llegó a Chile en 1969 y muy pronto se comprometió con la transformación de una sociedad herida por unas lacerantes injusticias, según describió en su correspondencia, fuente esencial de este libro junto con los testimonios de las 49 personas entrevistadas por el autor y una profusa documentación hasta ahora inédita. Antonio Llidó apoyó al Gobierno de Salvador Allende y participó en la construcción del socialismo como sacerdote obrero, dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y miembro de Cristianos por el Socialismo, un compromiso que le enfrentó con la jerarquía de Valparaíso y Valencia. Después del golpe de estado, decidió permanecer en el país y luchó junto con sus compañeros en la Resistencia clandestina. Detenido el 1 de octubre de 1974 por la DINA y víctima de brutales torturas, su humanidad dio aliento a otros prisioneros, tal y como relatan en estas páginas algunos supervivientes. Desde hace 33 años sus familiares y amigos intentan esclarecer los últimos días de su vida y esperan que los responsables de su detención, tortura y desaparición, procesados hoy en Chile, sean condenados.