El Camino de Santiago es una ruta milenaria que de nuevo está volviendo a resurgir después de haber permanecido casi olvidada los últimos siglos.
Los peregrinos que se dirigen a Compostela, sea cual sea su motivación, llegan a experimentar unas sensaciones que antes no habían conocido. Para la mayoría, el camino es como la vida, pero una vida más corta aunque muy intensa que se vive solamente en un mes.
Durante este tiempo se llegan a experimentar unas vivencias que la convierten en única y, como en la vida, nos cruzamos con mucha gente.Aalgunos solo los conocemos durante horas, pero dejan una huella tan profunda en nuestra vida que no olvidaremos jamás. En cambio, otros, con quienes convivimos durante casi todo el Camino, apenas dejan poso en nuestro recuerdo.
Lo que sí nos hace el Camino es ser más humanos, más sensibles. Todos sacamos lo mejor que llevamos dentro y lo ofrecemos desinteresadamente a los demás, por eso este camino seguirá siendo especial para quienes lo recorren y siempre que hablemos de él lo haremos con una vehemencia que resultará incomprensible para quien no haya caminado nunca por la Vía de las Estrellas.