El libro inaugural de Vicente Aleixandre es todavía de oscilación estilística. Conviven en él tendencias muy dispares, propias de la dispersión estética que imperaba en España en los años veinte: neogongorismo, ultraísmo, poesía pura, surrealismo incipiente y controlado... Por encima de su difícil ubicación dentro de los esquemas generales del 27, destaca su sentido de anticipación de las tres etapas que integran esta poesía y de sus preocupaciones temáticas.La poesía irracionalista, de fusión cósmica y exaltación de lo elemental y lo erótico; la poesía de realidad, con el descubrimiento del tiempo y el emerger del hombre en su dimensión histórica y social; y la poesía de la última etapa, de vuelta a la conciencia del yo, se encuentran contenidas en esta obra.El deseo de identificación con el Todo, encarnado bajo la forma de la noche, pudiera dar sentido a una interpretación connotativa del título: Ámbito como ambición, como aspiración a poseer la inmensidad, en colosal abrazo.