Se proclama la II República encontrando a Castellón con todas las características comunes al Estado: déficit de maestros y de escuelas, necesidad de una planificación educacional de masas mediante una popularización de la cultura y de la enseñanza?una necesidad de renovación y mejora del sistema educativo. Esta reivindicación social y cultural se desarrolla de la mano de las vindicaciones de los partidos políticos, dado que iba unida a una lucha por el poder y a discursos ideológicos contrapuestos que se querían legitimar desde esta misma lucha. Este enfrentamiento entre dos modelos culturales aparece reflejado en las dos formas diferentes de entender y de expresar el hecho educativo. Muchos de los aspectos que se analizan en el contenido de este libro continuan teniendo vigencia contemplados desde el momento actual.