Lola es una psicóloga vecina de un barrio humilde de la periferia sevillana que trabaja en su tesis doctoral sobre el carácter del sur, tan alejado de esquemas técnicos. Acude a la Hemeroteca cada día, con su bici, la cual amarra en la puerta de un bar, que sin saberlo, le abrirá las puertas de ella misma. Cuando más perdida está, en plena crisis existencial y académica, un emparedado de chorizo picante le facilitará la razón de ser como especialista en descifrar la mente humana. La barra del bar El Gorrión se convertirá en la razón a lo que no encuentra sentido, con la ayuda de su dueño, Pedro, antiguo guitarrista de un grupo que desde una foto en blanco y negro se asoma a su distinguida clientela, todos dueños de vidas tan diferentes, y al mismo tiempo, tan iguales. Un escayolista catedrático de la calle experto en sevillanía; un librero melómano y observador que solo se centra en las avellanas y en las conversaciones ajenas; un seductor a las sevillanas maneras y olor a Varon Dandy, probador de zapatos profesional y observador de piernas; una panadera, simpática y sola, de ojos vivos y cama vacía; un comunista serio que con dos tintos se vuelve alegre y se emociona hablando de su Macarena; y Pachi, el alma mater del grupo, guitarrista internacional y guadianesco que sabe qué se esconde tras la música. Tras esa foto en blanco y negro de aquellos cuatro músicos que formaron el grupo Los Replays transcurre una historia que traslada a Lola a una época que por edad no conoció pero que le cambiará la vida, así como la confirmación de que el verdadero psicólogo es quien se encuentra tras la barra de un bar. Una regresión a la Sevilla política y musical de los años sesenta, por donde sus protagonistas enseñan a una psicóloga a serlo y sobre todo, a doctorarse en ella misma.