Desde hace años, tras impartir numerosos cursos para maestros y padres, las estrategias de Isabel Agüera tienen por objetivo conciliar teoría y  práctica. Una práctica adquirida con la bandera de la creatividad siempre izada y con los ojos bien abiertos para profundizar en el inmenso mar oculto en cada uno de sus alumnos, convencida de que sólo se conoce con el corazón. Las sugerencias se repetían: ¿por qué no escribes un libro en el que podamos encontrar buenas ideas para aprender a tratar a los alumnos, así como para lograr un aprendizaje exitoso en las aulas? De ahí la intención de recopilar en una obra el mayor número de estrategias, recursos y experiencias que demuestren a los educadores que no hay imposibles en educación, desde el convencimiento de que los alumnos aprenderán cuanto esté relacionado con sus intereses, y que la pericia del profesor debe consistir en reconducir el aprendizaje por las sendas que alumbren los alumnos, y no a la inversa como sucede usualmente. No estamos ante un tratado de pedagogía más, si bien facilita que maestros y padres conozcan diversas teorías que avalan los intentos de la autora por hacer de  sus alumnos hombres y mujeres autónomos y libres, con la necesaria autoestima que los salvaguarde del fracaso escolar y personal.