El excelente escritor británico no se consideraba un amante de los perros cuando, ya en plena madurez, acabó siendo propietario de un pastor alemán. Él fue el primer sorprendido cuando se convirtió en el amor de su vida, el «amigo ideal» que había buscado en vano durante mucho tiempo. Mi perra Tulip es la agridulce historia retrospectiva de una amistad de dieciséis años. Con detalles vívidos y a veces asombrosos, Ackerley describe la imprevisible conducta de Tulip y sus muy caninos gustos, mientras explica sus torpes pero decididos esfuerzos para hacerla completamente feliz. «Trata del amor perfecto, pero en sus propios términos; no habla de él, lo da por sentado, y se ocupa, casi del principio al fin, de un asunto que en general pasan por alto quienes escriben sobre sus perros: su vida sexual» (César Aira). «Sacude nuestras ideas preconcebidas sobre los sentimientos de los perros, y sus relaciones con el hombre» (Michiko Kakutani, The New York Times). «Ha merecido los elogios de gigantes literarios como Julian Huxley y E. M. Forster y sigue apareciendo en las listas de los mejores libros sobre animales y también en las listas de los mejores libros del siglo XX» (Elisabeth Marshall Thomas, autora del prólogo de la obra).