El presente libro sitúa el tradicionalmente llamado problema de España en las coordenadas histórico-políticas que evidencian su verdadera dimensión. Según el autor, España se ha ajustado con dificultad a la fórmula política del ""estado-nación""; de acuerdo con dicha tesis, habitual en la tradición europea. España sería una excepción, pues se constituye como suma de una pluralidad de identidades nacionales. Esta pluralidad se remonta a los ""reinos medievales"" que funcionaban con una gran autonomía, respetada por el imperio de Carlos V, primero, y prolongada después de forma secular. Sólo la monarquía borbónica pretendió reconducir el proceso hacia la fórmula política del ""estado-nación"", pero los primeros vientos del romanticismo volvieron a impulsar las fuerzas centrífugas en su múltiple variedad, ya se manifestase bajo la fórmula del carlismo, del federalismo o de las distintas reinacenxas. Por todo ello, la unidad de España se constituye como una unidad compleja y diversa, en la que una proyección supranacional le da su verdadero sentido. Esta riqueza plural ha sido la fuente de tensiones políticas seculares ue perduran hasta el presente, aunque ahora con la esperanza puesta en su superación definitiva, al estar embarcado nuestro país en la construcción del proyecto supranacional que es la Unión Europea.