José Tomás es el último torero de leyenda que ha dado el toreo. Es también uno de los diestros más importantes de la Historia y uno de los que más ha sido capaz de entusiasmar a los mejores aficionados de todos los ruedos. Porque José Tomás ha reunido en sí mismo las grandes virtudes de los toreros de arte y de los de valor. Sus partidarios lo hemos sido tanto de su don natural para torear con una pureza y autenticidad incomparables como de su escalofriante y temerario valor. Y además su nombre está en la Historia del toreo con letras de oro porque ha unido a su personalidad taurina el halo de los toreros legendarios, capaces de dar miedo al mismo miedo, de parecer que despreciaban su propia integridad física, de ser capaces con solo un quite de poner boca abajo la plaza más importante. De ser heroico. En opinión de la gran mayoría de los toreros de su tiempo, ha sido José Tomás el diestro más valiente que han visto y el que más miedo les ha hecho pasar en un ruedo. Y esta no es una opinión cualquiera: es la de unos compañeros, la de unos profesionales que, mejor que cualquiera de nosotros, son capaces de expresar con palabras el sentido del miedo.