Un viajero llega a la región de Los Jardines Estatuarios, donde la mayoría de los habitantes son jardineros que cultivan estatuas en lugar de plantas. El viajero poco a poco va aprendiendo las costumbres de este extraño lugar, el modo en que cultivan las estatuas, cómo las ayudan a nacer, cómo las podan, las curan, o las matan cuando enferman, anotando todas sus observaciones en una libreta. Si bien al principio cree haber encontrado una sociedad ideal, una especie de paraíso, pronto se da cuenta de que falta algo: no se ven mujeres por ninguna parte y nadie quiere hablar de ellas. Poco a poco, el viajero conoce las partes oscuras de esta sociedad, su inequidad, la injusticia, la pobreza, y oye hablar de una región situada al norte donde un príncipe, antiguo jardinero, se ha rebelado y vuelto nómada, creando una nueva sociedad de guerreros salvajes. El viajero se encuentra con el príncipe y se entera de que éste prepara la guerra contra la región de Los Jardines Estatuarios.