La acción de esta nueva novela de Abeille se sitúa años después de los acontecimientos narrados en Los jardines estatuarios (Sexto Piso, 2014). La invasión bárbara ha llegado a las puertas de la capital, Terrèbre, que también ha caído. Extrañas relaciones se establecen entre la horda esteparia y los habitantes de las tierras ocupadas, y un nuevo orden (a menudo con la apariencia del caos y el libertinaje) va tomando forma. El misterioso príncipe de la horda, envejecido y probablemente loco, está obsesionado con volver a encontrar a aquel legendario y anónimo viajero con quien se cruzó en sus días de juventud, y que los lectores conocieron en la primera entrega de la saga. En esta ocasión, el protagonista es un lingüista conocedor de la lengua de la región de los Jardines Estatuarios, que ha acometido la tarea de traducir el libro del viajero. Ese hecho llama la atención del príncipe, que lo pone bajo la protección de su séquito de guerreros para emprender, juntos, un viaje fabuloso en pos del pasado y de la redención, un periplo que los llevará por una geografía alucinógena. Vientos de cambio parecen soplar por doquier, aunque a menudo el progreso y la decadencia se tornan indistinguibles el uno de la otra. Sin embargo, la cosmovisión del pueblo de las estepas seguramente nos habrá enseñado a ser más libres.