Juan Luis Higuera llega a Cuba bajo la identidad de uno de tantos empresarios españoles establecidos durante los años noventa. Detrás de sus gafitas y su apariencia anodina se esconde un despiadado asesino en serie que ha cometido numerosos crímenes en Bilbao. El Campo Socialista ha desaparecido como el estallido de una pompa de jabón y los cubanos se sienten a la deriva sin el sueño utópico prometido. En la desangelada Habana del eufemismo llamado Periodo Especial, Higuera encuentra un campo fértil para sus cacerías entre las jineteras. Así conoce a Nilda Almeida, una hermosa prostituta que mantiene una relación sui géneris con Pedro Andux, un veterano de la guerra de Angola, alcohólico y marginal, que sobrevive tallando esculturas en madera para venderlas a los turistas. Cuando Nilda aparece muerta, Andux emprende una cruzada personal para encontrar al asesino que lo llevará a confrontar al siniestro ex Notario llegado del país vasco.