OCTAEDRO Sivumäärä: 350 sivua Asu: Pehmeäkantinen kirja Julkaisuvuosi: 2013, 02.07.2013 (lisätietoa) Kieli: Espanja
Este libro nos cuenta la historia de una mujer que fue nada más y nada menos que una maestra. Es la historia de una pasión, pues ella vivió la enseñanza apasionadamente, entregó a la escuela su vida y sus esperanzas. Es la historia de un amor, porque esa pasión fue tan fuerte que invadió los demás aspectos de su persona, hasta los más íntimos y privados. Es la historia de una traición, ya que acabó siendo delatada por aquellos a los que más se consagró en el ejercicio de su profesión. Es la historia de una amistad, porque en los momentos más duros encontró la lealtad y el apoyo de sus amigas y discípulas. Es la historia de una tesela de cerámica que nos ayuda a construir el gran mosaico de la Historia de España y a descubrir sus múltiples matices tornasolados. Justa Freire Méndez fue una mujer moderna y avanzada para su época. Su retrato literario nos llegó a través de la obra de teatro La colmena científica o el café de Negrín, con la que José Ramón Fernández obtuvo el Premio Nacional de Literatura Dramática 2011. Tal era la fuerza de su personalidad que el autor la eligió como el único personaje femenino en un mundo de intelectuales y científicos, dibujándola como lo que era en los años veinte, una maestra del vanguardista e innovador Grupo escolar «Cervantes» de Madrid. En él educó a los hijos de los obreros de Cuatro Caminos, entre ellos al futuro líder comunista Santiago Carrillo. Durante la Segunda República fue directora del Grupo escolar «Alfredo Calderón» de la Ciudad Jardín, viviendo, junto a otro puñado de mujeres, la experiencia de ser las primeras profesionales que dirigieron a docentes varones. Muchas de ellas pagaron bien cara su osadía. Después de una guerra, un juicio y un encierro en la cárcel de Ventas, acabó en el Colegio Británico, formando a muchos aristócratas y a varios retoños de los jerarcas del franquismo. Le arrebataron todo y fue capaz de reinventarse a sí misma, porque nunca nadie le pudo robar su alma apasionada.