Traducir es, en español como en muchos otros idiomas, ante todo unametáfora (más propiamente, una catacresis). Traducre, to translate,preklada: conducir, llevar, trasladar algo de aquí hasta ahí. ¿Qué setraslada? ¿Desde dónde? ¿Hasta dónde? Usualmente, se cree quesignificados, argumentos, temas, ciertas organizaciones de sentido(ciertos sentidos de organización) de un idioma a otro idioma. Pero es esta solo una parte del cuento, las metáforas, como se sabe, sonelásticas, producen ramificaciones, se metamorfosean. En los ensayosaquí reunidos, damos una pequeña, pero significativa, muestra deluniverso otros, acaso, dirían el abismo que se abre con tan solo mirar otras metáforas más allá de las primeras acepciones diccionariales,hasta llegar a los procesos de trans-formación semiótica, deapropiación de la alteridad, de construcción identitaria, derecreación y traición artística, de estructuración corporal,cognoscitiva, de mediación intercultural y a muchos, muchos mástodavía. Contamos, por ello, como en todo universo o abismo que serespete y precie, con miradas divergentes, a veces, con perspectivasplúrimas, en todo caso, porque al fin y al cabo ignoramos ni podemossaber dónde quedan a ciencia cierta las fronteras de la traducción.