Entre la poesía de la experiencia y el retrato costumbrista. Romántico, a veces gótico y a veces modernista, dionisíaco, decadente, con algunas pinceladas beat... Los versos de L. Muñoz responden al impulso de quien siente la imperiosa necesidad de escribir sobre la experiencia y, sobre todo, querer compartirla. Variada y a veces antagónica, su poesía es como la vida misma. La naturaleza se fusiona en el paisaje de sus versos, que varía de la exaltación pasional a la poesía del desencuentro, de la necesidad del folklore al rechazo de la hipocresía... Todo ello de la mano de los símbolos que pueblan sus páginas: la primavera, los ángeles, el mar, la luna y, por supuesto, los duendes y las hadas. Poemas como Camino de tulipanes o Eras tú probablemente sean de los más bellos y sinceros de todo el panorama poético sevillano actual.