El polimorfismo acetilador fue descubierto hace más de 40 años tras la introducción de la isoniazida para el tratamiento de la tuberculosis. Desde entronces este polimorifismo se ha relacionado con la posiblidad de tener mayor riesgo de desarrollar determinadas enfermedades y de sufrir con más facilidad los efectos adversos de fármacos metabolizados por acetilación. En el presente trabajo se analiza a nivel genético dicho polimorfismo en una población de pacientes con diabetes tipo 2.