El 97 por ciento de los médicos españoles de Atención Primaria manifiestan observar problemas físicos o psíquicos en las personas que están atravesando un duelo y más de la mitad dicen que esto sucede frecuentemente.
La pérdida de un ser querido supone una experiencia devastadora para la mayoría de las personas, puede dar lugar a distintas enfermedades y constituye un problema de salud pública.
Hay algunos factores que pueden conducir a un duelo complicado y que hay que conocer para prevenirlo. Una situación de riesgo muy importante es la muerte de un niño. El 80 por ciento de los padres terminan divorciándose después de un trauma de este tipo.
El duelo, en principio, no es una enfermedad y el dolor producido podemos decir que es normal. En principio no es necesario ningún acercamiento profesional y lo que si que es muy necesario es el acompañamiento de familiares y amigos. Para que el duelo evolucione de manera normal y se resuelva después de algún tiempo es preciso que el doliente pueda expresar su tristeza y su pena y tenga cerca a alguien dispuesto a escucharle y acompañarle.
En la sociedad de hoy, esto no es fácil. El duelo recuerda a la muerte y, por lo tanto, tiene mala prensa. Han desaparecido las manifestaciones externas del duelo (el luto) que la sociedad tenía establecidas desde siglos para facilitar al doliente la elaboración de la pérdida. Hoy, con frecuencia, las personas se encuentran solas con su dolor y su pena.
Familiares y amigos deberían conocer las fases que conforman el proceso del duelo para poder ser de ayuda a quien está pasando por lo que supone una de las vivencias más trágicas para la mayoría de las personas.
Para que el duelo evolucione de manera normal y se resuelva después de algún tiempo es preciso que el doliente pueda expresar su tristeza y su pena y tenga cerca a alguien dispuesto a escucharle y acompañarle.