Rodado el tiempo, la figura política del primer presidente de la Segunda República española sigue siendo quizá la de un ilustre desconocido. Don Niceto Alcalá-Zamora y Torres (1877-1979), andaluz de Priego de Córdoba, representa como pocos ese contraluz dialéctico que enfrenta al hombre con su circunstancia. La realida de Alcalá-Zamora fue la de presidir institucionalmente una España cainita, dividida ya por el tajo profundo entre las izquierdas y las derechas. Su indiscutible republicanismo, reformador pero moderado, acabaría ahogándose en el maremoto violento de dos aguas enfrentadas.
Vivo fresco de una época crucial para la historia de España, retrato completo de una figura no del todo comprendida ni valorada, Alcalá-Zamora y la agonía de la República mereció el primer premio del concurso convocado por las Reales Academias de Ciencias Morales y Políticas, Historía, Jurisprudencia y Legislación, y de la Lengua Española.