Las cartas encíclicas son los Documentos más solemnes del Magisterio Pontificio Ordinario y Universal. Actualmente, las encíclicas se dirigen o a un grupo de Obispos de una determinada región (Litterae), o a todo el Episcopado en comunión con Roma (Epistuale), y extendidas a todos los fieles o incluso a todos los hombres de buena voluntad: ello dependerá del contenido y de la finalidad del documento.
Las encíclicas pueden tratar cuestiones doctrinales o dogmáticas cuando se ocupan de verdad o de errores relativos a la fe; o bien pueden definirse exhortatorias, si pretenden que quienes las reciban desarrollen sentimientos y propósitos de vida cristiana, y refuercen los vínculos de disciplina, de unión; pueden exhortar o llamar a los fieles a la oración pública por un motivo en particular, o conmemorar un aniversario importante de la Iglesia.
Las firma siempre el Papa; por lo general se redactan en latín, y se publican en el ¿Acta Apostolicae Sedis¿ y en libros individuales en diferentes idiomas.
Normalmente, el Papa firma cinco copias del documento en latín. El texto, en varios idiomas, se envía a las Conferencias Episcopales de todo el mundo a través de los Representantes Pontificios.