Mientras se forjaba su leyenda, el Priorato núcleo duro y pulpa de una nuez con una cáscara prestigiosa: la Ordo Milites Templi (O.M.T. Orden de los Caballeros Templarios). Se ponían detrás de la historia y política del medioevo, como inductores; pero no se apearon del fraude hasta finales del pasado siglo, cuando, ante sus cofrades, no podían sostenerlo. Pero la leyenda andaba sus propios pasos. Según sus Estatutos, el Priorato, tiene como objetivos restituir la antigua Caballería, ayuda mutua entre sus miembros, y disponer un 'priorato' que sirva de centro de estudios, meditación, reposo y oración. Pone a la luz su naturaleza. Al margen de su aparición (Estatutos), confiesa otra realidad 'secreta': herencia templaria, archivos secretos, dominio de la gnosis (iglesia de Juan superior a la de Pedro), o reivindicación para su Gran Maestre, de sangre y linaje dinástico definitivo. Su tarea de desembarazarlo de los despropósitos que otros, más iluminados, han escrito sobre él.